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El 2019 ha sido un año apasionante para el movimiento feminista. Siempre será el año en que la #HuelgaFeminista se consolidó. No solo repetimos las multitudinarias movilizaciones de 2018, la respuesta en las calles fue aún mayor, y también a nivel internacional vimos cómo se sumaban más países.

La #JusticiaPatriarcal, que acaparó tantos titulares en 2018, ha recibido un duro varapalo con la sentencia del Tribunal Constitucional a favor de la víctima de «La Manada». Una sentencia ejemplar, que ya ha empezado a ser reproducida por otros tribunales, y que demuestra la interpretación sesgada y machista de las leyes por parte de algunos juristas, tal y como el movimiento feminista venía denunciando y señalando hace tiempo.

El ecofeminismo también ha estado muy presente este 2019, en el que además de la conciencia sobre la discriminación de las mujeres, una parte importante de la ciudadanía, también ha adquirido una nueva conciencia ecológica. De la mano de Greta Thunberg, convertida en un icono por la defensa del clima, hemos avanzado en ambas cuestiones. Por primera vez, una joven adolescente ocupa la atención mundial, y la razón nada tiene que ver con su físico ni con el rol convencional reservado a las jóvenes de su edad. Su figura no solo ha puesto en evidencia a los negacionistas, también la profunda misoginia de la que hacen gala, pues no deja de ser la propia mentalidad patriarcal la que se pone en tela de juicio cuando criticamos la cultura de la depredación, la violencia y el egoísmo. Superar nuestro sistema económico, que se ha convertido en la principal amenaza para el medioambiente y la estabilidad de las comunidades humanas, implica también deconstruir y superar la raíz ideológica, y el sistema de creencias patriarcal, que lo ha legitimado y naturalizado todo este tiempo. El capitalismo es un monstruo alumbrado por el patriarcado y cada vez resulta más difícil negarlo.

Cerramos este año con la decepción de una cumbre climática, la COP25, que no ha estado a la altura de las demandas de la población ni de la comunidad científica. En contraposición, la ilusión de la Cumbre Social por el Clima, organizada paralelamente por los colectivos sociales, que ha sobrepasado nuestras expectativas por la enorme fuerza y capacidad de respuesta de la gente. El feminismo, como era de esperar, ha estado mucho más representado en la segunda que en la primera. Y desde ahí, nutriéndose como siempre del trabajo en red y colaborativo, se prepara para que el año que viene, el 20/20, sea el año en que el discurso ecofeminista irrumpa con fuerza en todos los ámbitos.

Desde el espacio de la Red EQUO Mujeres estaremos también empujando con fuerza en la misma dirección que el resto de organizaciones ecofeministas. La cuarta ola del movimiento feminista está avanzando ya para integrar una perspectiva ecofeminista que la haga crecer y consolidarse como alternativa global a un sistema que se autodestruye. Tal y como dice nuestra admirada Alicia Puleo, «el ecofeminismo es la respuesta».

En 2020, seguiremos enREDando nuestras raíces, trabajando en un presente que mejore el futuro de las personas y del Planeta. Esperamos contar con todas vosotras para afrontar esta tarea, y celebrar juntas cada paso.

¡Por un 2020 lleno de retos EcoFeministas!

 

 

 

 

¡Brava, amiga feminista!

Dímelo de nuevo: “No calles la violencia”.

Escríbelo bien grande,

con letras en tinta lila:

El silencio no nos protege (Patricia K. Vergara)

 Nos sumamos a los múltiples llamamientos a la sociedad en su conjunto para acabar con la peor expresión del patriarcado que supone la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres. Contra las Violencias Machistas, decimos ¡Basta, Ni una menos!

Hoy y todos los días, pedimos mayor implicación para acabar con las múltiples formas de violencia hacia las mujeres, TODAS las mujeres.

Violencias en todos los ámbitos y espacios de nuestras vidas, en el hogar, en nuestros lugares de trabajo y entorno laboral, en los espacios públicos, en las calles y los transportes públicos, en las instituciones, juzgados y comisarías, espacios donde deberíamos sentirnos seguras. En todos los espacios y en todos los ámbitos las violencias machistas nos atraviesan y acaban con nuestra libertad y con nuestras vidas, 93 mujeres asesinadas en lo que va de año.

Para los medios, las instituciones y la sociedad en su conjunto, acaban siendo cifras, minutos de silencio, lacitos negros o morados,…Pero son mujeres y criaturas asesinadas, con nombres y apellidos. Somos todas las mujeres las que vivimos bajo este yugo patriarcal que convierte el miedo en algo cotidiano desde niñas, cuando aprendemos que salir a correr, a dar un paseo, volver de noche a casa,…solas, puede suponernos la tortura  o la muerte, impidiéndonos llevar una vida libre.

Como sociedad, tenemos una responsabilidad que va más allá de salir a la calle cada 25 de noviembre, que va más allá de ponernos lazos y medallas, más allá de estos infinitos minutos de silencio.

Por eso, nos unimos en este grito global en la denuncia contra las Violencias Machistas:

Contra la violencia física y psicológica. Una de cada tres mujeres en Europa sufre algún tipo de violencia machista.

Contra la violencia sexual que aumenta escandalosamente año tras año, y que se encuentra normalizada en la población juvenil. Las manadas que campan a sus anchas.

Contra la trata, la esclavitud del s. XXI  España es el país de la Unión Europea con más esclavas sexuales.

Contra la mutilación genital femenina. Ninguna tradición que vulnere los derechos humanos contra las niñas y las mujeres del mundo.

Contra la violencia institucional  y un Sistema Judicial  patriarcal que nos desampara una y otra vez.

Una  justicia sin medios suficientes que se muestra  incapaz de proteger a las mujeres denunciantes. Tribunales que se convierten en espacios donde se cuestiona, se infravalora el riesgo de las mujeres y de sus hijos e hijas.  

Se criminaliza  a la mujer víctima de violencia machista. Instituciones que ponen en el dilema a las madres sobre si denunciar violencia familiar,  y arriesgarse a perder la patria potestad de sus criaturas, dejándolas completamente desamparadas. Aun teniendo cifras escandalosas de menores asesinados por sus padres para hacer daño a sus exparejas.  No nos cansamos de decirlo: ¡Un maltratador no puede ser un buen padre!

 Debemos exigir medidas efectivas y que se implementen y se hagan cumplir las leyes ya existentes:

          Que se cumplan los Convenios ratificados por España para alcanzar una sociedad equitativa, una igualdad real y efectiva entre los géneros, acabando así con los mitos, creencias y estereotipos  que acaban generando en nuestro imaginario la justificación sobre la violencia machista.

           Una educación en valores desde la infancia. Educación contra las violencias machistas en todos los ciclos educativos, para conseguir que no se normalice la violencia en la sociedad.

           Pero también, formación adecuada para el profesorado, y para los colectivos profesionales que trabajan en juzgados, abogacía, cuerpo de policía, etc.

           Responsabilidad a los medios de comunicación. Su función en la lucha contra las violencias machistas se hace imprescindible; las realidades que cuentan y el modo de contarlas. Es cada vez más necesaria la perspectiva de género para que no se  trivialice, que no se ofrezca cobertura a maltratadores, violadores y negacionistas.

           Sin un mayor compromiso real en todos los ámbitos, nunca acabaremos con la erradicación de esta pandemia mundial ignorada que son los Feminicidios y que suponen un ataque y la vulneración sistemática de los Derechos Humanos de las mujeres en el mundo.

¡No más  silencios, no más cómplices,

nos queremos vivas, nos queremos libres!

 

 

 

Hoy, 4 de Junio, la familia Verde EQUO, estamos de celebración, cumplimos 8 años ???

Años de compromiso en la defensa de la responsabilidad mediombiental, de las libertades individuales, de la diversidad e igualdad, del desarrollo sostenible.

Celebramos compartiendo las hermosas palabras de nuestra compañera, poeta de referencia Mar Verdejo:
<Hundo mis raíces hasta donde llegan las tuyas
Y me hablan del latido, de la vida, de tu pulso con el mío.
Mis brazos son tus ramas
Y mi sangre tu savia.>

EnREDa tus raíces con las nuestras, para seguir trabajando en un presente que mejore el futuro de las personas y del Planeta.

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El 8 de marzo del 2018 millones de personas salimos a las calles en un grito global en cientos de ciudades de todo el mundo.  En ese momento, supimos que algo había cambiado. Vivimos y disfrutamos del proceso en primera persona, fuimos cómplices y protagonistas activas, de un proceso que quedará en los anales de la historia. Conscientes de que habíamos conseguido juntas  muchas de nuestras demandas, grandes logros y reivindicaciones.

Tras la resaca de la jornada de huelga, el 9 de marzo  nos levantábamos con la noticia de un nuevo feminicidio. Y en nuestras retinas y nuestros oídos se entremezclaron durante meses  los recuerdos, las consignas, la emoción compartida de saberse parte de la historia, con la consciencia de los hitos que aún nos quedan por alcanzar, las luchas que nos quedan por ganar.

Así, llegamos al 8 de marzo de 2019 cargadas de motivos para reeditar una Huelga Feminista. En un contexto en el que resurgen grupos y partidos políticos que atentan contra los derechos y libertades que tanto han costado conseguir a las mujeres. Grupos que quieren disfrazar con eufemismos “liberales” a la lucha feminista, a los siglos de lucha de tantas mujeres, hermanas,  gracias a las cuales hoy, estamos aquí.

Porque tenemos más de mil motivos, ¡Apoyamos la Huelga Feminista!

Porque queremos visibilizar y denunciar los horrores  al que aún hoy nos somete el patriarcado, la explotación de las mujeres, su discriminación sistemática en el espacio público y de todos los espacios de toma de decisiones.  Este sistema patriarcal y capitalista, no solo amenaza la vida de  las mujeres, nos lleva al colapso del Planeta.

Porque las violencias, atraviesan nuestras vidas, las de todas las mujeres,  y la condiciona, limitando nuestra libertad. Más de mil mujeres asesinadas por violencia  machista desde que se contabilizan los feminicidios. Leyes basadas en prejuicios misóginos, aplicadas por quienes comparten la misma visión de las mujeres que sus violadores, maltratadores, acosadores… Se nos hace insostenible un sistema basado en una justicia patriarcal.

Porque  queremos tener derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Nuestros derechos sexuales y reproductivos siguen  sin estar garantizados. Porque somos diversas, con cuerpos diversos, no normativos, y queremos que no se invisibilice ni estigmatice  nuestras realidades diversas.

Porque queremos que se garantice la educación laica, pública y con currículos feministas. En la que se incluya educación afectiva y sexual desde la educación infantil, para garantizar que se transmiten  patrones de comportamiento entre mujeres y hombres basados en el respeto y la no agresión.

Lo contrario al feminismo es la ignorancia. Y la ignorancia se combate con educación y formación feminista.

Exigimos medidas que nos lleven hacia  un modelo nuevo económico que no se base en la división sexual del trabajo, que sea social y ambientalmente sostenible.

Es responsabilidad de toda la sociedad, desde todos los ámbitos, trabajar para alcanzar un modelo social de iguales, cooperativo; un sistema que cuide de las personas y del planeta.

Un sistema ecofeminista que se construya en torno al bien común que reproduzca los valores de la igualdad en todos los ámbitos y en todas las relaciones.

Y para ello, seguiremos trabajando, tejiendo redes, sabiendo que si paramos todas, paramos todo.

¡¡Si nosotras paramos, se para el mundo!!

 

 

 

 

La Red EQUO  Mujeres apoya  la Huelga Feminista #8M2019

Nos sobran los motivos…Por ello:

Pararemos de «cuidar».  Hartas de este sistema capitalista basado en la apropiación del trabajo de cuidados de las mujeres. Sin este trabajo invisibilizado y minusvalorado el sistema económico colapsaría. Los trabajos reproductivos y domésticos mueven el mundo. Reclamamos un nuevo modelo económico y social que gire en torno a otros valores y que ponga la vida en el centro.

Pararemos de «consumir». Como Ecofeministas  nos negamos a consumir y contribuir en el  mantenimiento de la rueda del capitalismo que hace del beneficio y del crecimiento infinito su principal objetivo. Las economía debe servir a las personas, y no las personas convertirse en instrumentos de la codicia de las empresas para ganar dinero a cualquier coste, poniendo en riesgo a las personas y al planeta. 

Nos sumaremos a la Huelga Educativa, porque el sistema educativo actual sigue reproduciendo valores machistas y racistas, y en ese contexto nos socializamos desde la infancia. Nos negamos a seguir manteniendo esta cultura heredada que pone límites a las expectativas de futuro,  de vida autónoma y libre de violencias machistas para  nuestras hijas.

Pararemos en nuestros trabajos asalariados porque las mujeres no podemos seguir soportando  por más tiempo los trabajos más precarios, temporales,  mal pagados, en la economía sumergida, que no aportan prestigio social. O incluso cuando trabajamos en entornos privilegiados el techo de cristal prioriza a los hombres en el acceso a los espacios de poder.

Visibilizando que «si  nosotras paramos, se para el mundo»

También, nos uniremos a las manifestaciones y concentraciones de todo el territorio. Las convocatorias, una vez más las podremos encontrar en: https://www.elsaltodiario.com/huelga-feminista/mapa-todas-las-convocatorias-de-la-huelga-feminista-del-2019

¡ NOSOTRAS PARAMOS !

 

 

 

 

<Somos nosotras el ruido, el canto, la llamada y el estruendo.

Es nuestra la voz que rompe el silencio.           Pilar Pastor>

En el año que despedimos, nos unimos al grito común de: ¡Este mundo no nos gusta y lo vamos a cambiar! Y así, durante todo el año, hemos salido a las calles de todo el Estado. Nos hemos sumado a las reivindicaciones globales por los derechos de TODAS las mujeres. Y en un grito global hemos dicho: ¡BASTA!

Basta de justicia patriarcal, de misoginia por parte de grupos políticos y religiosos, de actuaciones machistas desde las instituciones y medios de comunicación. Basta de cosificar nuestros cuerpos, de invisibilizar y minimizar  los logros de las mujeres, de acallar las voces de las invisibles, de frenar los derechos y libertades alcanzados por las mujeres,…

Muchas han sido las luchas y muchos los logros.  En 2019, tenemos claro que hay que seguir avanzando en la lucha feminista global. Porque queremos que el miedo cambie de bando. Nos negamos a seguir viviendo con miedo que nos esclaviza y obliga a modificar nuestras formas de vivir y existir. Nos negamos a seguir tolerando una convivencia de forma naturalizada con cifras alarmantes como que en España se denuncia una  violación cada 5 horas; O que cerramos el 2018 con la dolorosa cifra de 96 Feminicidios. 

La responsabilidad ha de recaer en el conjunto de la sociedad. Y para ello, en 2019, seguiremos trabajando para alcanzar un compromiso real en todos los ámbitos. Trabajando para exigir que se cumplan los Convenios ratificados por España y alcanzar una sociedad equitativa, una igualdad real y efectiva entre los géneros, acabando así con las creencias y estereotipos  que acaban generando en nuestro imaginario la justificación sobre la violencia machista que tanto daño nos hace como sociedad.
Así, es nuestra la voz que rompe el silencio”. Juntas hemos roto el silencio, y en 2019  seguiremos sumando esfuerzos, uniendo nuestras voces al grito global para transformar nuestro mundo y convertir la sociedad  en igualitaria y libre de violencias machistas.

¡Por un 2019 lleno de retos feministas!

 

 

 

 

 

 

25N Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Libre te quiero.

Que estalle de vergüenza la tierra.

¡Ah, las fáciles presas!

Las abusadas, las niñas, las mujeres, las madres de aquí y de allí, de siempre y de ahora.

Libres os quiero.

(Mª Antonia García de León)

           Llegó un 25 de noviembre más, y en las calles de todo el estado romperemos de nuevo el silencio. Resonarán con nuestros gritos desesperados ante una situación que se nos hace ya insoportable.

           Las ciudades se llenarán de lazos morados y negros, mientras el resto del año, la sociedad convive con una pasmosa calma con los asesinatos  a mujeres, con las violencias perpetradas por hombres hacia las mujeres que deberían ser considerados “Terrorismo Machista” y como tal, tendría que ser abordado por la sociedad y las instituciones.

           Y nuestras voces, una vez más, recordarán una por una a las mujeres asesinadas por violencia machista. Una por una, hasta nombrar a las 87 mujeres  que nos faltan en este 2018. Una por una, hasta  nombrar a las casi mil hermanas asesinadas desde 2003. 

           Nos sumamos a los múltiples llamamientos a la sociedad en su conjunto para acabar con la peor expresión del patriarcado que supone la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres.  Y decimos ¡Basta, Ni una menos!

Pedimos mayor implicación para acabar con las múltiples formas de violencia hacia las mujeres, TODAS las mujeres:

Contra la violencia física y psicológica. Una de cada tres mujeres en Europa sufre algún tipo de violencia machista.

Contra la violencia sexual que aumenta escandalosamente año tras año, y que se encuentra normalizada en la población juvenil. Las manadas que campan a sus anchas.

Contra la trata, la esclavitud del s. XXI  España es el país de la Unión Europea con más esclavas sexuales.

Contra la mutilación genital femenina. Ninguna tradición que vulnere los derechos humanos contra las niñas y las mujeres del mundo.

Contra la violencia institucional  y un Sistema Judicial  partriarcal que nos desampara.

Una  justicia sin medios suficientes que se muestra  incapaz de proteger a las mujeres denunciantes. Tribunales que se convierten en espacios donde se cuestiona, se infravalora el riesgo de las mujeres y de sus hijos e hijas.  

Se criminaliza  a la mujer víctima de violencia machista. Instituciones que ponen en el dilema a las madres sobre si denunciar violencia familiar,  y arriesgarse a perder la patria potestad de sus criaturas, dejándolas completamente desamparadas. Aun teniendo cifras escandalosas de menores asesinados por sus padres para hacer daño a sus exparejas.  No nos cansamos de decirlo: ¡Un maltratador no puede ser un buen padre!

           Como sociedad, tenemos una responsabilidad que va más allá de salir a la calle cada 25 de noviembre, que va más allá de ponerse lazos y medallas, de los infinitos minutos de silencio,…

Debemos exigir medidas efectivas y que se implementen y se hagan cumplir las leyes ya existentes:

           Que se cumplan los Convenios ratificados por España para alcanzar una sociedad equitativa, una igualdad real y efectiva entre los géneros, acabando así con los mitos, creencias y estereotipos  que acaban generando en nuestro imaginario la justificación sobre la violencia machista.

           Una educación en valores desde la infancia. Educación contra las violencias machistas en todos los ciclos educativos, para conseguir que no se normalice la violencia en la sociedad.

           Pero también, formación adecuada para el profesorado, y para los colectivos profesionales que trabajan en juzgados, abogacía, cuerpo de policía,etc.

           Responsabilidad a los medios de comunicación. Su función en la lucha contra las violencias machistas se hace imprescindible; las realidades que cuentan y el modo de contarlas. Es cada vez más necesaria la perspectiva de género para que no se  trivialice, que no se ofrezca cobertura a maltratadores y violadores.

           Sin un mayor compromiso real en todos los ámbitos, nunca acabaremos con la erradicación de esta pandemia mundial ignorada que son los Feminicidios y que suponen un ataque y la vulneración sistemática de los Derechos Humanos de las mujeres en el mundo.

¡Ni una menos, Libres nos queremos!

 

 

 

 

Homenaje a las Mujeres Rurales, por Emma Álvarez

 

 

¡No es abuso, es violación!

Hemos pasado del “¡Ninguna agresión sin respuesta!” A una condena irrisoria que considera que el hecho de que cinco hombres adultos, arrastren a un portal a una joven; la arrinconen, intimiden con sus cuerpos y expresiones verbales, agredan, vejen, violen, la roben el móvil y la dejen abandonada a su suerte, no sea “agresión sexual”.

Vivimos en un país en el que se denuncian tres violaciones al día. Sin embargo, sabemos que son  muchas más las que no se denuncian por miedo, culpa y sobre todo, vergüenza. Esta sentencia es un ejemplo más de la justicia patriarcal que venimos denunciando desde los colectivos feministas desde hace mucho tiempo, ¡demasiado tiempo!

Asistimos de nuevo, a una manifestación clara del grado de violencia hacia las mujeres que se tolera y se acepta en la institución judicial española. Desde los Juzgados, hemos visto como si no te resistes, te cuestionan y no te creen, si te resistes, te matan como a Nagore Laffage.

Nos sentimos indignadas ante este proceso  en el que se ha culpabilizado a la víctima, que ha sido tratada con total  indiferencia ante su dolor e indefensión. Queremos que la culpabilidad recaiga sobre los agresores, no sobre las víctimas de violencia machista. Que además de sufrir la agresión sexual, tienen que soportar la criminalización y el cuestionamiento de  los medios y de la sociedad, y de un sistema judicial que amparan la cultura de la violación.

Queremos poder salir a la calle, a cualquier hora. Queremos poder ir a las fiestas sin necesidad de ir tuteladas y acompañadas por miedo a ser violadas.

Queremos ser libres. Para ello, necesitamos de una sociedad igualitaria que no justifique la cultura de la violación.

Necesitamos leyes que dejen claro que solo sí es sí que lo demás, es violación.

Pero sobre todo, sentencias firmes que no dejen lugar a dudas de que una agresión sexual no puede quedar impune. Esta sentencia es irresponsable y temeraria. No es Justicia, es Patriarcado.

 

 

¡8 de marzo, Día Internacional  de las Mujeres!

#Huelga Feminista8M

<Si nosotras paramos, se para el mundo>

          El 8 de marzo 2018, es nuestro día, una fecha histórica en que las mujeres nos plantamos frente al sistema misógino y machista para denunciarlo. Un día en el que las mujeres nos negamos a producir, reproducir, estudiar y consumir en el seno del patriarcado que nos invisibiliza, nos oprime, nos veja y nos maltrata.

         Millones de mujeres de más de cuarenta países nos hemos sumado y unido porque compartimos la misma injusticia e indignación pero también, la misma esperanza y dignidad. Nos unen los mismos motivos, la misma lucha para decir ¡Basta! Porque allí donde mires aflora la desigualdad: en el deporte, en la investigación, en el arte, en la literatura, en la política, en la educación…

Nos encontramos un año más con cifras en el terreno laboral que nos alejan de la igualdad real; inmersas en un mercado basado en la división sexual del trabajo, que nos discrimina, nos condena a la temporalidad, y nos hace contar con menos opciones.

Las mujeres de media, cobramos un 30% menos que los hombres. Esta diferencia salarial, se incrementa también según lo hace la edad. Pareciera que nunca tenemos la edad adecuada para encajar en este mercado laboral: demasiado jóvenes, potencialmente madres, demasiado mayores.

Seguimos sufriendo una  brecha salarial del 23% que deriva en precariedad. La mayoría de los empleos precarios están ocupados por mujeres. Esto se ve reflejado en nuestras cotizaciones, y posteriormente en nuestras pensiones que serán más bajas. Se refleja también en la feminización de la pobreza y en nuestra vulnerabilidad y dependencia económica,  que nos expone  a la violencia física,  sexual y emocional. Gran parte de esta violencia se evitaría si las mujeres pudiéramos ponernos a salvo. Muchas víctimas saben que están en peligro y se exponen sin embargo a un riesgo, debido a la falta de apoyos y alternativas que les permitan romper cualquier vínculo de abuso de poder.

El machismo se retroalimenta de forma sistemática y organizada. Después de ser  explotadas y rechazadas por el mercado laboral, recae sobre nosotras la tercera situación de explotación; la de llevar a cabo los trabajos de cuidados y domésticos no remunerados ni reconocidos. Trabajo gratuito  que no elegimos, que nos mantiene en la pobreza, nos invisibiliza y reduce nuestras posibilidades de realización profesional, social y personal. Tareas no remuneradas que consumen nuestro tiempo y nuestra vida mientras nuestros homólogos masculinos se convierten en nuestros “patronos”. Más de nueve millones de mujeres en España atienden el trabajo de cuidados.

 Exigimos medidas que nos lleven hacia  un modelo nuevo económico  que no se base en la división sexual del trabajo, y que sea social y ambientalmente sostenible. Denunciamos que este sistema capitalista y patriarcal no solo destruye la vida de las mujeres, amenaza con destruir toda la vida y llevarnos al colapso en su locura.

               ¡Basta! Porque allí  donde pongas el foco encontrarás clichés absurdos que ayudan a perpetuar una cultura de la violencia hacia las mujeres, que a base de convivir con ella ha acabado por normalizarse. Desde distintos altavoces: medios de comunicación, publicidad, nos dicen cómo vestir, cómo sentir y cómo relacionarnos con nuestro entorno.

               Paramos porque el  Pacto de Estado contra la Violencia de Género, con un presupuesto testimonial, sin medidas específicas que garanticen recursos que ofrezcan independencia económica a las mujeres víctimas de violencia, sigue en un cajón a pesar de que llevamos  1000 mujeres asesinadas por violencia machista desde que se empezó a cuantificar los feminicidios.

               Paramos porque nuestros derechos sexuales y reproductivos siguen  sin estar garantizados.

              Porque nuestras hijas se esfuerzan en formarse y estudiar para alcanzar un futuro mejor, pero el acceso al mercado laboral  y a los puestos de responsabilidad dentro de las empresas e instituciones, sigue teniendo dos bocas de embudo en función del sexo de la persona. Porque el mismo mercado que nos rechaza como trabajadoras nos toma el pelo como consumidoras, cobrándonos la “tasa rosa”, promoviendo el sexismo para sacarle rendimiento económico, cosificándonos  o ridiculizándonos en la publicidad;  esclavizando a mujeres y menores y mintiéndonos para que seamos partícipes sin saberlo de las tropelías de las grandes empresas contra la población más vulnerable de otros países. 

               El día 8 paramos. Decimos ¡basta! de estudiar para nada. De que no haya empleo para nosotras. De trabajar como esclavas.  De aguantar violencia.

              Somos muchas, mujeres diversas, uniéndonos al grito común de ¡Basta! y seremos muchas más, conscientes de que 

“si paramos todas, paramos todo”

 

 

Red  EQUO Mujeres apoya la huelga feminista del 8 de marzo

 ¡Si paramos todas, paramos todo!

La Red EQUO Mujeres apoya la convocatoria del movimiento feminista que llama a la huelga general de las mujeres el próximo día 8 de marzo. La apoyamos el año pasado, en su primera convocatoria, y en esta ocasión la respaldamos nuevamente participando de forma activa en los grupos de trabajo constituidos a nivel territorial y estatal.

La iniciativa fue presentada  públicamente el domingo 14 de enero en Zaragoza por organizaciones del movimiento feminista de toda España. Durante la reunión, que aglutinó a más de 400 participantes, se trabajó de forma horizontal y participativa un manifiesto conjunto y representativo de  las reivindicaciones de todas las mujeres frente a la violencia, las agresiones, los prejuicios y las actitudes machistas que soportamos día a día.

Del mismo modo, en la Red EQUO Mujeres hemos  decidido la adhesión de forma colectiva y consensuada entre nuestras integrantes, de promover y secundar la huelga planteada por el Movimiento Feminista.

Motivos no nos faltan para sumarnos, porque nos queremos vivas, porque estamos hartas de asumir trabajos precarios y remuneraciones inferiores, porque queremos políticas que aseguren nuestras libertades y derechos, por nuestra dignidad.

Además de la huelga laboral que podrán seguir  las compañeras con un trabajo remunerado, las mujeres llevaremos también a cabo una huelga dentro del ámbito doméstico y en relación al trabajo no remunerado y reproductivo,  que sigue recayendo mayoritariamente sobre nuestros hombros sin ningún tipo de reconocimiento ni compensación. Dentro del ámbito educativo, también habrá huelga de estudiantes y a nivel económico, huelga de consumo. Esta última, nos parece especialmente significativa para visibilizar nuestro rechazo al modelo de producción capitalista y a las políticas económicas neoliberales.

Las recomendaciones para llevar a cabo la huelga de la manera más eficaz pueden consultarse en esta  página oficial de la Comisión 8M.

Invitamos a todas las mujeres a reconquistar  el carácter reivindicativo y el espíritu esencial del 8 de marzo. Una fecha, un día en todo el año, en que debería ponerse el foco de atención en denunciar  la desigualdad de género y  los delitos de odio contra las mujeres. Sin embargo, cada vez con más frecuencia observamos cómo el sistema tiende a neutralizar este espacio, absorbiéndolo  en el mercado y asimilándolo a  un festejo carente de sensibilidad crítica. La huelga es una forma de reapropiarnos de nuestro propio espacio y evitar su vaciado de contenido, una forma de resistencia y concienciación social, de sororidad y lucha colectiva. Y es nuestro grito de ¡BASTA! Basta de machismo, de violaciones y asesinatos por ser mujeres.

Nos negamos a producir, reproducir y consumir en el seno del patriarcado que nos maltrata. 

<Si nosotras paramos, se para el mundo>

 

 

 

 

 

 

 

Cerramos  un año en el que de tanto guardar minutos de silencio casi nos quedamos mudas. Sin embargo, nuestros silencios se convirtieron en unánime grito, y  las mujeres del mundo nos unimos en una única voz, en una única causa, la causa de todas.

Este año que dejamos atrás, no ha sido un año cualquiera:

               Hemos salido a las calles en innumerables ocasiones, por nuestras hermanas asesinadas por violencia machista. Porque queremos una vida libre de violencias hacia las mujeres en todos los ámbitos. Unidas para acabar con la impunidad de los agresores, para visibilizarlos, a ellos y al sistema que se hace cómplice mirando para otro lado.

               Nos hemos sumado a las reivindicaciones para la defensa de nuestros derechos sociales y laborales.  Porque queremos acabar con  la brecha salarial; con la asignación impuesta de los cuidados.

               Hemos hecho visible que  el cambio climático, afecta en mayor medida a las mujeres. Los problemas ecológicos agravan la desigualdad de género. Sin embargo, las mujeres serán el motor de cambio, porque ellas son los agentes activos clave en la lucha contra el cambio climático. Aunque seguimos infrarrepresentadas en los espacios políticos de toma de decisiones.

               Hemos redescubierto a la primera mujer española periodista, Carmen de Burgos, “Colombine”, gracias a la Fundación que lleva su nombre y que con su labor no volverá a caer en el olvido.

               Hemos reivindicado el papel de las mujeres en la Historia, en la Ciencia, la Investigación, la Cultura,…la Política. Nos esforzamos cada día por visibilizar y exigir el reconocimiento  de las mujeres en todos los ámbitos porque estamos hartas de no ser nombradas, de que nos silencien y de ese modo se ignoren nuestros logros.

               Nos hemos plantado frente a la misoginia en los medios; frente al machismo en la publicidad, para que se dejen de perpetuar  roles de género estereotipados  y dejar  de ser presentadas como meros objetos o reclamos sexuales. 

               Frente a  aquellos  medios de comunicación que se sirven de   estrategias mediáticas que judicializan y culpabilizan a las mujeres que son víctimas de violencia.

               Y seguimos trabajando para conseguir que el Pacto de Estado sea un instrumento eficaz de avance hacia una sociedad más igualitaria y justa, para que se ejecuten los mecanismos necesarios que lo hagan efectivo  y que su aplicación repercuta en nuestra vida real.

               El nuevo año, se nos presenta  cargado de metas que seguiremos afrontando con ilusión y convencimiento. En especial, el próximo 8 de marzo, en el que nos sumaremos a la Huelga Feminista, porque la sociedad no  puede avanzar al margen de los derechos de la mitad de la población.

               Hemos estado en 2017 con nuestras Hermanas, y seguiremos el año que viene, tejiendo red, porque  tenemos claro que  sin las mujeres no hay progreso ni democracia, y porque de una vez por todas, exigimos ser tenidas en cuenta y participar de forma igualitaria en la vida política, económica y social, en condiciones de libertad y respeto. Para lograr acabar con el Patriarcado que nos ningunea, agrede, excluye,…y mata, tenemos que aunar, más que nunca,  nuestras voces, nuestras fuerzas y así es como afrontaremos un 

 2018 lleno de retos feministas.

 

 

 

 

 

 

25N Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer

¡Ni una lágrima más! Es la hora del grito (Marcela Serrano)

Estrenamos el año 2017 con la seguridad de que la Violencia de Género no sería prioritaria en la agenda del gobierno, ni en el trabajo parlamentario, y cerramos el año habiendo confirmado dicha convicción.

Con un Pacto de Estado de mínimos: con un presupuesto testimonial que aún no tiene calendario de ejecución, sin medidas específicas que garanticen recursos que ofrezcan independencia económica a las mujeres víctimas de violencia. Un Pacto que ni siquiera reconoce  todas  las formas existentes de Violencia Machista, excluyendo así, casos de  mujeres que no podrán beneficiarse de ninguna de las medidas previstas.

Solo en  el primer mes del año, 7 mujeres fueron asesinadas por violencia machista, lo que nos hacía prever, sin miedo a equivocarnos, un año de continuo e intenso dolor. En lo que va de año un total de 90 mujeres (Solo 44, según datos oficiales) y 7 menores, según cifras  de Feminicidio.net, han sido asesinadas por violencia machista.

¡Demasiados minutos de silencio! ¡Demasiada indiferencia social!

Tal vez estos datos nos ayuden a aclarar que esta indiferencia conduce a perpetuar una   cultura de la violencia hacia las mujeres, que a base de convivir con ella ha acabado por normalizarse. Un escalofriante 33% de la población opina que la mujer es responsable de la agresión sexual por “flirtear”; un 26% opina que es por su vestimenta y un 30% por haber consumido alcohol.

Algo se está haciendo muy mal en el ámbito educativo, en prevención y sensibilización, cuando un estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud (Proyecto Scopio)  arroja estas cifras: Un 27% de los jóvenes cree que la violencia machista es una conducta “normal” en la pareja. El 21% considera que la violencia machista  es un tema politizado y que se “exagera”. Y el 7% cree que es un problema inevitable. A pesar de ello, un 87% está de acuerdo en que es un problema social muy grave.

Qué decir de la publicidad, en la que la mujer no es más que un mero objeto, un reclamo sexual de consumo.

Tampoco  los medios de comunicación favorecen demasiado la lucha contra las violencias machistas. Nos encontramos a diario con titulares en los que las “mujeres se mueren solas”, “hombres que matan por amor”, “mujeres que pierden la vida” como si se les cayera un pañuelo de un bolsillo. Estrategias mediáticas que judicializan y culpabilizan a las mujeres que son víctimas de violencia.

Espacios televisivos públicos  que sirven de altavoz a declarados machistas, como el reciente caso de TVE, con el programa “¿Cómo lo ves?” (Presentado y dirigido por Carlos Herrera) retirado tras una campaña abierta en Change.org, en la que más de 8000 firmantes se unieron a nuestra petición de cancelación del programa.

Campañas institucionales de prevención y sensibilización, financiadas con fondos públicos sin ninguna perspectiva de género que, una y otra vez, caen en un rancio machismo.

Este mismo mes de noviembre, hemos asistido a la presentación de una campaña de prevención contra el alcoholismo juvenil del  Ministerio de Sanidad, en la que se advertía a las adolescentes de que una de las consecuencias de consumir alcohol sería que pueden ser obligadas a mantener relaciones no consentidas, culpabilizando así, una vez más, a  la mujer víctima de una agresión sexual. Mensaje que finalmente ya ha sido retirado.

A lo que habría que añadir una justicia sin medios suficientes que se muestra  incapaz de proteger a las mujeres denunciantes. Tribunales que se convierten en espacios donde se cuestiona y criminaliza a la mujer víctima de violencia machista.

Y podríamos seguir sumando un largo e injustificable etcétera conviviendo en nuestro imaginario social.

Sin un mayor compromiso real en todos los ámbitos, nunca acabaremos con la gran pandemia mundial ignorada que son los Feminicidios y que suponen la vulneración sistemática de los Derechos Humanos de las mujeres en el mundo.

¡Contra la Violencia Machista  sobran palabras y falta compromiso real!

Red EQUO Mujeres

 

 

¡8 de marzo, Día Internacional  de las Mujeres, seguimos sin nada que celebrar!

Este año, las mujeres del mundo nos unimos en una única voz, en una única causa, la causa de todas.
La Red Equo de Mujeres se une al Paro Internacional de Mujeres / Women,s Strike.
Nos sumamos al Paro porque estamos HARTAS:

Hartas de ser violentadas y asesinadas

En lo que va de año, en España,  26 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde 2010, más de 800 mujeres han sido víctimas de feminicidio.
Miles de mujeres son despreciadas, acosadas, agredidas y violadas.
Reivindicamos que los Derechos de las Mujeres sean también considerados Derechos Humanos. Que la Violencia Machista sea Cuestión de Estado.

Hartas de la brecha salarial

Cobramos una media de  seis mil euros menos que los hombres por hacer el mismo trabajo. Queremos legislación que asegure la igualdad salarial. Medidas efectivas para romper el techo de cristal que parece que no terminara de subir.

Hartas de que nos asignen los cuidados

Un trabajo que no elegimos, que nos mantiene en la pobreza, que nos invisibiliza y priva de reconocimiento. Tareas no remuneradas que consumen nuestro tiempo. Más de nueve millones de mujeres en España atienden el trabajo de cuidados.

Hartas de que cosifiquen nuestro cuerpo

De qué nos digan cómo vestir, cómo sentir, cómo relacionarnos con nuestro entorno. Que nos marquen si debemos o no ser madres, y cómo debemos de parir y criar.
De que nuestros derechos sexuales y reproductivos sigan sin estar garantizados.

Hartas de que no nos nombren

De que se invisibilice el trabajo de las mujeres creadoras, de las mujeres en la ciencia e investigación, de las mujeres  en el arte, de las mujeres en política…
De que nuestras reivindicaciones para exigir ser visibles, sean tomadas a burla, minimizadas.

DECIMOS BASTA

Nosotras Paramos, con  nuestras Hermanas, madres, amigas, vecinas, compañeras… Porque  tenemos una lucha común contra el patriarcado, que nos oprime, nos calla y nos mata.
Porque “la solidaridad es nuestra arma”.

<Si nuestras vidas no valen nada, produzcan sin nosotras>

#8M

#NiUnaMenos

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